Empezamos bien...

Tengo una teoría,...si tienes monedas en la cartera (o en la mano) y se tiene que caer alguna, siempre se caerá la de más valor.

Hace algunos años ya me dí cuenta de este fenómeno y si, se cumple, siempre se cumple. No sé si será porque las monedas de más valor tienen más peso y la gravedad ejerce más fuerza sobre ellas (corríjame Señor Newton, que estos temas siempre he sido muy paquete).

El caso es que hoy, una moneda de dos euros (dos flamantes euros) ha saltado inesperadamente de mi cartera en dirección al suelo sobre el cual se ha posado de canto perfectamente, cual frágil damisela. El hecho de que se haya posado de canto perfecto ha contribuído a que la moneda en cuestión, en lugar de quedarse dando vueltas en el mismo lugar de caída, haya seguido un itinerario diferente, corriendo a ocultarse entre unos biombos y paneles entre los cuales se ha camuflado de manera tan perfecta que ni yo ni una amable y entusiasta señora que se hallaba a mi lado la hemos podido ver.

Es curioso, mientras la prófuga moneda corría a esconderse debajo de los biombos, con ese correr tan redondo que tienen las monedas a la fuga, me ha parecido vislumbrar una sonrisa que provenía de la moneda y un nanosegundo antes de perderla de vista para siempre me ha parecido que sacaba una manita de moneda como para decirme adios,...pero enseñandome el dedo del medio!